sábado, 3 de septiembre de 2011

EL MAL NO ES NATURAL

Considerando la raiz de lo natural, en la Naturaleza, así en grande y gloriosa, la naturaleza con sus tiranías y sus servidumbres, con su devenir previsible, pero sin avisar, y aún así, no queremos creernos lo que siempre, repito siempre, nos anuncia. Luego sólo nos queda , en la mayoría de las ocasiones,  hablar de “fuerza mayor”, de considerar  que lo que proviene de la Madre Naturaleza es poco menos que irremediable. Y, probablemente sea así, cuando se destatan las fuerzas de la naturaleza, temblemos.

Debemos de considerar que siempre nuestro entorno natural estuvo allí, antes que nosotros, debemos saber que la lluvia, el viento, los árboles, los ríos, las montañas, los terremotos, los huracanes, siempre han estado ahí desde que el mundo es mundo. Todos esos actos de la Naturaleza, que llamamos catástrofes naturales, no son catástrofes, sí son naturales. Pensemos que una lluvia torrencial, un viento huracanado, la erupción de un volcán, un terremoto, si cualquiera de estos fenómenos, ocurre en plena “naturaleza”, sin edificios, sin construcciones de cualquier tipo, sin elementos susceptibles de derrumbarse y aplastar a gente, sin barcos que hundir y con una población mesurada, realmente…¿podríamos calificarlo como catástrofe…?. Creo que no. La catástrofe viene dada por la destrucción arrastrada, por el fenómeno natural, de todo aquello que el hombre ha implantado en ella.. La Naturaleza, no va, premeditadamente, a destruir al hombre, ni a lo que ha construido, la Naturaleza funciona como siempre lo ha hecho en condiciones normales, sólo que se encuentra con elementos que, incluso, refuerzan su capacidad de destrucción, que evidentemente, sí la tiene.

Es por esto que digo, como título que “el mal no es natural”, el mal no está en la Naturaleza, el mal está en las personas, lo generamos nosotros mismos, consciente o inconscientemente, sí, digo inconscientemente y me explico. Soy de los que piensa que, en lineas generales, el ser humano es bueno, en su mayoría, siempre hay excepciones. La mayoría de las veces, se conforma con lo que tiene o con lo que puede conseguir por medios lícitos. Con lo que puede comprar, con lo que puede conseguir con su esfuerzo y sacrificio, en una palabra con una parte importante de lo material y una de menos tamaño como es la del conocimiento. Siempre es previsible la desviación en la consecución de lo material, el robo, en todas sus modalidades es una de la variables de la adquisición de elementos materiales. Estos, los que de esa forma actúan, independientemente de la clasificación que les demos los que vivimos en sociedad, no podemos considerarlos como portadores de la maldad intrínseca, más bien son  personas carentes de lo que ellos consideran lo más importante en sus vidas, los bienes materiales. Me direis hay gente que carece de todo y no va por el mundo robando y asaltando gente, efectivamente, los procesos mentales de las personas, nadie ha dicho que sean uniformes. El  mal, en las personas, nace por la carencia de estos ,de elementos , valores que reconocen en los otros y que ellos quieren absorver como esponjas, cosas que no se pueden comprar, ni con todo el oro del mundo porque son características personales o familiares, o de amistad, o de respeto y cariño que se les profesa a unas personas y a otras , no. La persona, con ciertas capacidades extrasensoriales, que se encuentran en esa situación, de envidia hacia ciertas personas, que creen , poseen la faceta de personalidad que ellos desean y no pueden comprarla, ni, incluso , robarla, mentalmente desean hasta la obsesión, con apoderarse de ella. Estas personas, al no conseguirlo, cambian su anhelo, por mal que, la mayoría de las veces, inconscientemente, proyectan sobre la persona . La conjunción de todos esos deseos convertidos en energía negativa, en, como algunos dicen, “malas vibraciones” , es el mal. El mal, por tanto, es humano, no está en la naturaleza. Incluso, los creyentes, los que hablan de un “demonio”, en cualquier religión, no tienen por qué negar al hombre como generador del mal. Y los deseos ilícitos como razones de esa generación maligna.




Puedes robarme la cartera, no puedes hacerlo con mi capacidad de amistad, de simpatía, de comprensión y un montán de potencias del hombre que, como decía la canción….”ni se compra, ni se vende…”. Incluso cuando metemos el azar por medio…., aquello de “esto puede salir, bien o mal…”, pensemos por un momento, qué parte es casualidad y cual causalidad, con intervención de personas.

Eso hasta convertirlo en “mal de ojo”, congelar fotografías” y un sinfín de acciones, conjuros y demás historias. Actos que el ser humano intenta justificar y dar explicación. No hace falta tanta complicación, al final el ser humano es inescrutable, sobre todo mentalmente.

No sé a qué viene todo esto, pero el otro día ocurrió una cosa con un gato….y me dió que pensar. Vaya chorrada…!!!

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